Iñigo Pérez Valladolid, cocinero nacido en el 75 y que desde los 16 años está dedicado en cuerpo y alma a la hosteleria. Estudió en la escuela de hostelería de Santo Domingo cinco años, del 91 al 96, trabajando y aprendiendo entre tanto en varios restaurantes y negocios, acabando en el albergue de la Real fabrica de Ezcaray, lugar emblemático. Ya, en el año 98, encargarse de la cocina del hotel Iguareña, como jefe de cocina. En el año 2005, junto con su mujer, Emma, adquirieron el reto de montar su propio negocio. El bar Ubaga, un bar de tapas y raciones, que con el paso de tiempo, sacrificio, esfuerzo, calidad y trabajo, ha ido evolucionando hasta encontrar un sitio en el panorama hostelero de la zona. Local, informal, un tanto canalla, familiar, donde el trato es muy cercano, a la vez que se mima mucho el producto.

Es un cocinero un tanto autodidacta, que le encanta cocinar la micología, y producto de temporada, en que su cocina se basa en la sencillez de elaboraciones y platos algo imaginativos con pocos ingredientes, pero con mucho cariño y respeto por las materias.

Sus inicios fueron fijandose en su madre, ama de casa que tenía que alimentar a seis personas. Muchas veces con apenas nada, o con las hortalizas que se recogían de la huerta, hacia guisos que sabian a de todo. En aquella cocina de leña, en la que ella movía las cazuelas de un lado a otro de la chapa (cuál DJ), o subiendo y bajando la bandeja del horno, dando importancia al mayor o menor calor que habia que darle a los guisos, en su momento justo. De ahí el aprendizaje de la cocina de bul, bul, fuego lento y paciencia.

En definitiva Iñigo es una persona que trabaja por y para el disfrute de sus clientes.